Un terremoto ( por ahora silencioso) está comenzando en el Senado.

La vicepresidenta nacional y titular del Senado, Cristina Kirchner ordenó mediante una resolución de auditar parte de la gestión de su antecesora, Gabriela Michetti, por entender que se habrían detectado algunas irregularidades.
Lo hizo mediante una resolución, por la cual crea una Comisión Revisora integrada por el Director General de Recursos Humanos, el Director General de Administración y la Directora General de Asuntos Jurídicos.
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La Comisión tendrá por objeto «proceder al análisis y revisión legal de los recursos humanos del Honorable Senado de la Nación».
Según las charlas y conversaciones escuchadas estos últimos días, antes de su viaje a Cuba de Cristina
la tarea que le esperaba a la vicepresidente para revisar todo el entramado de nombramientos que se habían dado en el último año. Ese entramado de ingresos, casi todos ellos a planta permanente y con las categorías más altas, incluye un club de “hijos, hijas, primos, sobrinos y parientes varios” que quedarán ahora bajo la lupa de la secretaria administrativa María Luz Alonso y, sobre todo de Graciana Peñafort, la abogada más cercana a Cristina y que ahora como directora de Asuntos Legales revisará todos esos nombramientos, muchos de los cuales se dieron en áreas muy cercanas a Michetti donde el club “hijos” hizo furor.
Quizás Peñafort, reconocida por su dureza al litigar en tribunales, cite al núcleo cercano a Michetti para pedir más información sobre lo que sucedió en los últimos meses. El problema para Michetti es que, además, ni ella misma quedará fuera de la investigación. Un acertijo para entretenerse en la semana:
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“Caperucita Roja” estará también en el centro de la escena. Todos los nombramien- tos en despachos, contratos, compras, con- cursos (que se sospecha vinieron con nombre y apellido) y licitaciones, que- darán así bajo investigación, en un raid que no dejará afuera ni siquiera a oficinas peronistas. Del resultado de toda esa investigación dejará, sin dudas, más poder para Cristina en el manejo del Senado.
El retiro de fin de año ya se inició y el macrismo giró su atención al refugio clásico de Mauricio Macri, Villa La Angostura. El expresidente llegó el viernes pasado y se instaló en la casa que siempre lo aloja en el Country Cumelén, unos pocos kilómetros antes de la entrada a la villa. En el aeropuerto de Bariloche, a pesar de no estar ya en el Gobierno, el movimiento se sintió. Inclusive por algunos amigos ex integrantes del Gabinete que llegaron en vuelos de línea, como Fernando De Andreis que también se instaló con el expresidente. Una incógnita para este fin de año: la llegada de Guillermo de Holanda y Máxima a la estancia que la reina tiene cerca de la villa. No está confirmado que se repita la cena que tuvieron los reyes con los Macri en enero de este año, habida cuenta que Mauricio ya no es jefe de Estado. Sic
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Asser Noticias
Periodista afiliado a Asoc. de Prensa Digital
Asesor en Economía